El arte de saber escuchar

EL ARTE DE SABER ESCUCHAR

Otro componente del comportamiento asertivo susceptible de modificación mediante este entrenamiento, es la habilidad para saber escuchar. Prevenir o reducir al mínimo los malentendidos en la comunicación de persona a persona, es motivo suficiente para que los padres y líderes hagan el esfuerzo de convertirse en escuchas activos permanentes.
Durante las últimas décadas los sicólogos han identificado los ingredientes críticos de las relaciones humanas que propician el crecimiento personal y la salud sicológica, ellos son: la aceptación y la empatía.

Empatía es la capacidad de ponerse en los zapatos de los demás y entender “su mundo personal de significados”; cómo ven su realidad, cómo piensan respecto a las cosas. Escuchar en forma activa desempeña precisamente esta función.

Un clima en el cual una persona puede con frecuencia sentirse comprendida empáticamente y aceptada tal como es, es conductivo para la salud sicológica y el crecimiento personal global de ese individuo. Y esto sucede principalmente porque este ambiente facilita la resolución de los problemas, lo que da como resultado una mayor satisfacción de sus necesidades.

 

Logros que se alcanzan con la herramienta: El arte de saber escuchar

  • Desarrollar la capacidad de prestar atención plena durante las conversaciones, enfocándose completamente en el hablante y evitando distracciones.

  • Practicar la escucha activa, que implica hacer preguntas, hacer afirmaciones de reflejo y resumir para demostrar que se comprende y se valora la comunicación del interlocutor.

  • Cultivar la empatía al ponerse en el lugar del hablante, tratando de comprender sus emociones y perspectivas sin juzgar.

  • Desarrollar la capacidad de suspender el juicio durante la escucha, evitando formar opiniones o responder antes de comprender completamente el mensaje del hablante.

  • Aprender a gestionar silencios de manera cómoda, permitiendo que el hablante reflexione y profundice en sus pensamientos sin sentir presión para llenar el espacio.

  • Desarrollar habilidades para leer el lenguaje no verbal del hablante, reconociendo expresiones faciales, gestos y posturas que pueden transmitir emociones o matices adicionales.